Con un momento de retiro espiritual nos prepararemos, este sábado 30 de noviembre, para vivir el tiempo litúrgico de Adviento que comienza este fin de semana.
El retiro será conducido por nuestro vicario parroquial, pbro. Luis Eugenio Silva, y tendrá lugar en nuestra sede parroquial y santuario de san Expedito el sábado 30, desde las 10:00 hasta las 12:00 hrs.
Sentido del tiempo de Adviento
Adviento es un tiempo cuyo nombre (adventus) significa “venida”. Al revivir la espera gozosa del Mesías en su Encarnación, preparamos el regreso del Señor al fin de los tiempos : Vino, Viene, Volverá.
El tiempo de Adviento tiene dos características: es a la vez un tiempo de preparación a las solemnidades de Navidad en que se conmemora la primera venida de Hijo de Dios entre los seres humanos, y un tiempo en el cual, mediante esta celebración, la fe se dirige a esperar la segunda Venida de Cristo al fin de los tiempos. Por estos dos motivos, Adviento se presenta como un tiempo de alegre esperanza.
Adviento es un tiempo para vivir y celebrar, bajo el signo de “encuentro” entre un Dios que viene al encuentro de las personas, y de las personas en busca de Dios. Los seres humanos desde siempre deseamos la paz, aspiramos a la justicia y la libertad, soñamos felicidad. En estos llamados y búsquedas se expresan las promesas de Dios. La historia de Israel, el pueblo de Dios, es el signo de estas promesas y revelan su realización en la venida de Jesús, el Cristo.
Con los deseos y los anhelos de los seres humanos, la Iglesia, hoy, hace su oración. Nos asegura que Dios cumple sus promesas, en la voz profética de Isaías, en las palabras vigorosas de Juan Bautista, en la actitud de la Virgen María que acoge la voluntad del Padre y lleva en su vientre a Cristo.
Adviento es re-encontrar, en el fondo de nosotros mismos, todo lo que puede ser salvado. Es volverse hacia Cristo, que vendrá un día en su gloria, pero que ya está y nos espera. Volverse hacia Cristo es lo que llamamos “Convertirse”. Adviento es tiempo de conversión. Y tiempo de espera.
Durante el tiempo de Adviento la Liturgia recuerda frecuentemente a la Santísima Virgen —aparte la solemnidad del día 8 de diciembre, en que se celebran conjuntamente la Inmaculada Concepción de María, sobre todos los días feriales del 17 al 24 de diciembre y, más concretamente, el domingo anterior a la Navidad, en que hace resonar antiguas voces proféticas sobre la Virgen Madre y el Mesías, y se leen episodios evangélicos relativos al nacimiento inminente de Cristo y del Precursor.
San Pablo VI nos recuerda que «los fieles que viven con la Liturgia el espíritu del Adviento, al considerar el inefable amor con que la Virgen Madre esperó al Hijo, se sentirán animados a tomarla como modelo y a prepararse, vigilantes en la oración y… jubilosos en la alabanza, para salir al encuentro del Salvador que viene» (Marialis Cultus 4).