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Dedicado altar de templo parroquial

En una eucaristía que presidió el arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, este sábado 17 de diciembre, fue consagrado el altar del templo parroquial de la Santa Cruz, en Ñuñoa, cuyas obras de remodelación han concluido recientemente.

La misa, del cuarto Domingo del Adviento, fue concelebrada por el párroco, padre Javier Barros, por el sacerdote colaborador, padre Luis Eugenio Silva, junto al diácono Jaime Coiro y numerosos laicos y laicas.

En su homilía, el cardenal Ezzati recordó que la dedicación del altar parroquial tiene un profundo sentido para toda la comunidad, porque en torno a Cristo y a su sacrificio eucarístico se constituye la Iglesia.

Al mismo tiempo, destacó el testimonio de entrega al Señor con que la santísima Virgen María y san José asumieron la misión que Dios les confió. Subrayó el pastor de Santiago que otro de los personajes de Adviento, Juan Bautista, también es un ejemplo de compromiso y fidelidad hasta la muerte.

Reliquia de san Alberto Hurtado

La ceremonia tuvo momentos cargados de simbolismo, como la instalación de una reliquia de san Alberto Hurtado. El arzobispo recibió la reliquia llevada en un cofre, la exhibió a la comunidad, la besó y de rodillas la colocó bajo el altar. Uno de los albañiles que trabajó en la remodelación del templo selló el vidrio que protege el sagrado fragmento del cuerpo del sacerdote santo chileno.

En momento central de la ceremonia, el cardenal Ezzati, colocándose un ornamento llamado «gremial» (una especie de delantal) ungió con el sagrado crisma (aceite consagrado) el centro y los cuatro ángulos del altar, y luego lo esparció por toda la extensión del altar. Posteriormente, sobre la mesa eucarística se colocó un brasero desde el cual el arzobispo inciensó el altar, y enseguida con fueron encendidos los siete cirios colocados sobre el ara.

Al término de la ceremonia, se expresó la gratitud de la comunidad a un grupo de profesionales y trabajadores que participaron en las obras de remodelación del templo. Por su parte, el arzobispo de Santiago agradeció la participación de la comunidad y le expresó su deseo de una bendecida celebración de Navidad, en la que Cristo sea el centro.

Tras hacerlo los concelebrantes principales, también los fieles se acercaron a besar el consagrado altar una vez finalizada la eucaristía.

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Imágenes gentileza Arzobispado de Santiago