En una emotiva y festiva eucaristía presidida por nuestro pastor, don Fernando Chomali, nuestra comunidad celebró la fiesta patronal de la parroquia de la Santa Cruz – Ñuñoa.
En el día en que la Iglesia celebra en Chile la Exaltación de la Santa Cruz, nos congregamos para dar gracias a Dios por la vida de nuestra comunidad. La Cruz vestida de flores nos dio la bienvenida a la entrada del templo.
El arzobispo de Santiago presidió la eucaristía, concelebrada por el párroco, pbro. Juan Francisco Pinilla, por el vicario parroquial, pbro. Luis Eugenio Silva, por el R.P. Claudio Carrasco, ss.cc. y por el diácono Jaime Coiro. El Coro de apoderados del Colegio alemán Sankt Thomas Morus acompañó con el canto durante la celebración.
En su homilía, monseñor Chomali destacó la relevancia del misterio y signo de la Cruz en la vida de la Iglesia y en la cotidianidad de las personas y familias. «La señal de la Cruz es el abrazo de Dios, de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, y nos introduce en su cuerpo, el cuerpo llagado de Cristo, su cuerpo glorioso, resucitado», dijo el pastor, recordando las palabras del Pregón Pascual «¡Oh feliz culpa que mereció tan grande Redentor!».
El arzobispo invitó a rezar intensamente por las vocaciones laicales matrimoniales, porque de los matrimonios cristianos saldrán vocaciones a la vida sacerdotal y consagrada, afirmó.
También felicitó a la comunidad parroquial por la belleza y vitalidad del santuario, donde miles de peregrinos acuden a venerar a san Expedito mártir de Cristo.
En la eucaristía, fueron instituidas como ministras extraordinarias de la Sagrada Comunión las laicas Ana María Cerda y Mónica Peña, y los demás ministros y ministras extraordinarios renovaron su ministerio y misión.
Al término de la misa, el párroco, Juan Francisco Pinilla, agradeció la presencia del arzobispo y junto a la comunidad se compartió un brindis con torta en la fiesta patronal.