Queridas Hermanas y Hermanos:
Comenzamos hoy un nuevo tiempo de cuaresma. Son 40 días para prepararnos a la celebración anual de la Pascua del Señor en la Semana Santa y la renovación del Bautismo. Hoy caminamos en la incertidumbre de una pandemia que continúa y el horror de una guerra en Ucrania.
El evangelio nos marca un camino de gran actualidad y urgencia: Limosna, oración y ayuno son actitudes profundas de conversión, de volvernos hacia Dios. Y para no quedarnos en la superficie de estos actos, se nos indica que Dios siempre ve la intención de nuestro corazón. Conversión es autenticidad. Es vivir de cara al Dios que conoce el corazón.
La limosna, la oración y el ayuno buscan precisamente liberar el corazón para un mayor amor: la limosna crea el sentido de la solidaridad fraterna; de la responsabilidad por el otro, especialmente del más necesitado; la oración es la expresión del amor personal a Dios, fuente del amor y de vida; y el ayuno, es el amor sobrio y cuidadoso por la creación. Limosna , oración y ayuno crean una cultura de cuidado y respeto, antídoto contra la guerra.
Ser vistos por el Padre que “ve en lo secreto”, es una alegría profunda, no es una mirada escrutadora que busca juzgarnos a cada instante, sino la mirada de un Padre que se goza en el bien de sus hijos, hechos a su propia imagen. y recreados por el Espíritu.
Pbro. Juan Francisco Pinilla, párroco.
